Jueves, 26 de octubre. Salón de actos, 19:00
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En la ópera se cantan sentimientos humanos. Hasta Rossini los argumentos operísticos nos describen las emociones de una manera abstracta: el amor, el odio, los celos, la envidia, el orgullo considerados como categorías. Con la irrupción del romanticismo el interés se vuelca en la situación de un personaje concreto, que reacciona ante otros personajes también individualizados. El romanticismo cambia los AFECTOS del clasicismo por verdadera PASIÓN.
Ese retrato del sentimiento como principal causa del comportamiento del personaje se hace a costa de desenfocar el entorno. La Naturaleza es un mero telón de fondo y la ambientación histórica no interesa por su autenticidad, sino como desencadenante de los estremecimientos psicológicos de los protagonistas. En la ópera la Edad Media es de cartón piedra.
ConmemoraciónTeatro Real 200 años. T 17/18. +Info