Dioses migrantes: Reshef

Sala 10, vitrina 7

La estatuilla en bronce del dios Reshef conservada en el Museo Arqueológico Nacional (Nº inventario 2025) encierra en sí misma los principales aspectos que caracterizaron la colonización fenicia de la Península ibérica entre los siglos IX y VII a.C. Esta divinidad ya aparece referenciada en textos ugaríticos del segundo milenio a.C. y fue adorada incluso en Egipto, de donde tomó el atuendo que porta. Esta pieza es, además, una buena muestra del refinamiento de la artesanía fenicia y su dominio de los metales. Fue, de hecho, la riqueza mineral lo que principalmente atrajo a estos antiguos pobladores desde las costas del Mediterráneo oriental, concretamente el cobre y el estaño. Por ello, estas gentes de origen cananeo establecieron numerosos asentamientos en la región del sur peninsular, dedicándose especialmente a la actividad comercial. Con ellos trajeron sus cultos y divinidades, siendo prueba de ello esta estatuilla del dios Reshef. A esta y otras divinidades, los recién llegados a las costas peninsulares levantaron importantes templos. En ellos, además del rito, se producían los acuerdos comerciales con las poblaciones locales, siendo también el escenario de interesantes procesos de intercambio cultural.

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