En la Península Ibérica, la Protohistoria abarca las culturas que se desarrollan entre los inicios de la Edad del Hierro y el proceso de Romanización, es decir, el Primer Milenio a.C. Buena parte de los objetos de esta colección proceden de excavaciones arqueológicas y hallazgos llevados a cabo en la Península y sus islas desde el siglo XIX e incluso antes.
Destacan las realizadas en Ibiza, Villaricos, Toya, Galera, Archena, Aguilar de Anguita o Numancia. De importante valor son los conjuntos de orfebrería, con ejemplares fenicios, tartésicos, ibéricos, céltibericos, vacceos y castreños y, entre ellos, sobresalen tesoros como los de Aliseda, Jávea, Salvacañete, Palencia, Cangas de Onís o Vegadeo. El conjunto de escultura ibérica es excepcional por su calidad y cantidad, realizada, en piedra, (Damas de Elche, Baza y Cerro de los Santos, relieves de Osuna), y en bronce (exvotos ibéricos de Despeñaperros).
Estos enlaces proporcionan información sobre objetos pertenecientes a los diferentes pueblos que habitaron la península Ibérica durante el primer milenio a.C. Entre ellos destacan los fenicios, llegados desde el Mediterráneo oriental y que dejaron su huella en la cultura tartésica; así como en la cultura material de los pueblos célticos, íberos o púnicos y de los antiguos habitantes de las islas Baleares, los pueblos talayóticos.