Las transcripciones de los cuadernos de campo manuscritos por Pedro Flores o sus hijos, fueron realizadas a lo largo de los años 50 del siglo XX.
Según el artículo de Trinidad Taracena del Piñal “Organización de la Colección Siret en el Museo Arqueológico Nacional”, dada la importancia que estos cuadernos tenían para la reunión de los ajuares dispersos y la organización de la colección arqueológica reunida por Siret, se decidió mecanografiar el contenido de las agendas y copiar los dibujos.
Las transcripciones se mecanografiaron en papel tamaño cuartilla y los dibujos, calcados en papel vegetal con tinta negra y grafito negro y de otros colores, se pegaban posteriormente en otras cuartillas. De este modo se tenía copia del contenido de los cuadernos originales, cuya caligrafía en ocasiones resulta difícil de entender, evitando además su deterioro.
Estas copias mecanografiadas se utilizaron para el trabajo de organización de las piezas de la colección.