Domingos de julio. Punto de encuentro, 11:30. Previa recogida de entrada gratuita en taquilla desde una hora antes del inicio. Aforo: 24 plazas
Exhibit of the Month
Sala 21
El ser recordados era uno de los aspectos más importantes de la ritualidad funeraria romana. Y así lo consiguieron este matrimonio al representar sus retratos en este templete de mármol como ofrenda “a los Dioses y a las almas de los fallecidos”, garantizando así su memoria. Las incurias del tiempo nos han privado de contemplar el rostro de Ulpia Iuniana. A su lado, la mirada y la cara surcada de arrugas de su marido Antonio Saturnino, dotan de un tosco realismo a esta escultura. Detalles como la toga de tipo contabulata y el peinado del cabello han permitido datarla en el siglo III d.C., período de cambios por los que atravesaba el Imperio Romano. Ambos eran naturales de Madaura (Argelia), una ciudad fundada en época flavia. Tras una vida llena, seguramente, de múltiples periplos, viajaron hasta Augusta Emerita (actual Mérida). Allí fueron enterrados, falleciendo Saturnino a los 73 años.
Esta edícula, en el MAN desde 1962, forma parte del conjunto de monumentos funerarios hallados en las necrópolis de la antigua capital de la Lusitania. Nos hablan no sólo de la muerte, sino también de la vida y del contexto histórico y socio-cultural de aquellos que allí hallaron su descanso.