Tras la conquista romana, Hispania pasa a formar parte plena del Imperio y durante varios siglos vive integrada en el mundo romano, llegando a proporcionar emperadores como Trajano y Adriano, con la práctica desaparición de las culturas anteriores.
A modo de introducción se presentan los recursos que Roma utilizó para favorecer la romanización, ejercer su dominio y explotar el territorio.
El resto de la exposición se articula en torno a La ciudad, los espacios urbanos y las actividades que tenían lugar en ellos -económicas, lúdicas e higiénicas, religiosas y cívicas- así como en torno a La casa urbana, sus espacios y el uso de de los objetos que los equipaban.
Finalmente, se expone una muestra de la variedad de tumbas existentes en Las necrópolis, reflejo de las diferencias sociales, y se acaba con las villas rústicas, su rica decoración de mosaicos, organización social y actividades económicas.