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Enterramientos colectivos. Objetos de esparto

Primeros enterramientos Pulse para ampliar Cueva de los Murciélagos. sala 7, vitrina 7.3

Prehistoria : Neolítico y Calcolítico (5.600-2.200 a.C)

El conocimiento de los ritos funerarios de nuestros remotos antepasados está marcado por importantes vacíos de información, siendo además escasos los restos de enterramientos que han llegado a nuestros días. En el Paleolítico medio, aparecen asociados a las poblaciones neandertales, y una vez en el Paleolítico superior, nuestra especie, Homo sapiens, realizó inhumaciones individuales en sus propios lugares de asentamiento.

Algo más conocidos y abundantes son los enterramientos referentes a las poblaciones campesinas del Neolítico, que vivieron en poblados y enterraron a sus difuntos en lugares próximos a estos. Inicialmente los enterraron de forma individual en fosas, cuevas o grietas. Con el paso del tiempo, y especialmente durante el Calcolítico, sustituyeron la tumba individual por la colectiva, cuyo máximo exponente fueron las construcciones de grandes losas de piedra (megalitos).

Un importante ejemplo de enterramiento colectivo es el de la Cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada). Aquí se hallaron, según su descubridor, doce cadáveres dispuestos en círculo en torno a otro de mujer y otros diseminados en diversas salas, que aún conservaban restos de su vestido, calzado y pertenencias. Entre éstas destacan los adornos personales y los cestillos de esparto finamente tejidos y decorados, algunos de los cuales conservaban mechones de cabello humano y semillas de adormidera. Ya fueran ajuares personales u ofrendas, algunos de estos objetos son únicos, como la diadema de oro que apareció junto a un esqueleto. Este uso exclusivo de un objeto valioso es interpretado por los arqueólogos como un indicio de una incipiente diferenciación social en la igualitaria comunidad campesina.

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