Los arqueólogos denominan púnicos a los fenicios de las colonias del Mediterráneo occidental que, tras la caída de la metrópoli de Tiro, en 575 a.C., quedaron bajo la influencia de Cartago, la colonia fenicia más importante del norte de África. Entre las novedades de esta nueva situación, destaca el cambio del ritual funerario, como se aprecia en la necrópolis de Puig de Molins, en Ibiza, la antigua Ebusus, donde la inhumación predominó sobre la cremación y donde se encontró la denominada Dama de Ibiza.
Es una figura femenina de arcilla que fue realizada a molde en un taller local ebusitano con una plástica muy original, no exenta de influencias griegas. En su parte posterior, presenta un hueco que permitiría sujetarla en posición vertical. Toda ella, en cabeza, túnica y sandalias, está profusamente decorada con motivos vegetales y se ha datado siguiendo criterios estilísticos entre los siglos IV y III a.C., formando parte, por tanto, de la mencionada cultura púnica.
Se ha planteado si la Dama y otras muchas terracotas halladas en la misma necrópolis son simples ofrendas o si representan a Tanit, diosa púnica de la fecundidad y del renacimiento que acoge a los difuntos en la otra vida, identificación realzada por la profusa ornamentación vegetal (palmetas y volutas, como símbolos directos de la victoria ante la muerte, del renacer) y por la cabeza de Gorgona que aparece en la parte inferior de su túnica, que forma parte de ese significado y que representa el rostro paralizador de la muerte. Aunque también se ha planteado que pudiera ser la propia difunta, ricamente vestida y en actitud de súplica, transformada en la divinidad, que la acoge y la transporta al Más Allá.