Bolonia (Cádiz). Imperio romano (Sala 19, Vitrina 5)
Estos dos espejos procedentes de la necrópolis de Baelo Claudia, excavada por Pierre Paris entre 1917 y 1921, fueron restaurados pocos años después con unos criterios que actualmente resultan inadecuados.
Se aplicó un tratamiento electroquímico llamado «método Rosemberg» que consistía en introducir los objetos metálicos en un electrolito rodeados de estaño, zinc o aluminio en polvo. Este tratamiento no sólo retiraba los productos de corrosión del metal sino también las posibles pátinas estables que tuviera la pieza, dejando el núcleo metálico expuesto al exterior.
Para poder completar un espejo era habitual también realizar uniones entre fragmentos inconexos, e incluso añadir elementos de otros espejos. Estas adhesiones y reintegraciones se hacían con resina epoxídica cargada con pigmentos y sin un criterio que diferenciara las intervenciones del original.