Luzaga (Guadalajara). Pueblos celtibéricos (Sala 14, Vitrina 11)
Esta cerámica nos sirve para resaltar el trabajo de conservación realizado en las primeras excavaciones efectuadas en la península ibérica y la realización de estudios, en este caso físicos, en los materiales.
El Marqués de Cerralbo optó por colocar una cuerda alrededor de la vasija en el momento de la excavación para poder extraerla conservando su forma y el contenido. Tenemos constancia de que esta técnica fue usada por otros arqueólogos, como Luis Siret, mostrando con ello no solo el interés estético sino también el de conservación que tenían estos pioneros.
Estas acciones han permitido que en la actualidad estas piezas se puedan estudiar tal y como aparecieron en las excavaciones, aplicando las nuevas tecnologías sin modificar el aspecto que siguen manteniendo. Los estudios físicos son muestra de su aplicación en el diagnóstico, conocimiento y conservación del patrimonio. En este caso la radiografía ha permitido ver, sin necesidad de vaciar la urna, cuál era su contenido (huesos y un pequeño ajuar metálico).
Por otra parte estos estudios aportan también datos relativos al proceso de fabricación, decoraciones cubiertas o alteraciones sufridas por el bien cultural a lo largo de su vida material.