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Elegancia que pervive

Dama de Elche Pulse para ampliar Dama de Elche (Sala 13)

Dama de Elche

"Las tendencias desaparecen, el estilo es eterno.” (Yves Saint Laurent)

Esta escultura de piedra es un icono de la cultura ibérica y un destacado tesoro del Museo Arqueológico Nacional. Realizada por un escultor griego o formado en talleres griegos a finales del siglo V y principios del IV a.C., se encontró de forma casual en el yacimiento de La Alcudia (Elche, Alicante) en 1897. Representa a una dama de rostro idealizado y ricamente vestida y enjoyada que originalmente estuvo policromada y tenía los ojos rellenos de pasta vítrea. Todo ello contribuyó a dotarla de un aire de distinción que aún mantiene, a pesar de la pérdida de su policromía. Su espalda presenta un hueco de incierta funcionalidad: tal vez, contenedor de restos de una cremación, relicario, depósito de ofrendas o para fijar algún elemento de suspensión.

Su representativo tocado se caracteriza por dos grandes rodetes que seguramente serían metálicos y servirían para recoger el cabello en espiral. Sobre la cabeza, lleva una tiara apuntada y, sobre ella, una mantilla con una diadema. Va vestida con túnica, toga y un manto abierto que deja lucir sus ricas joyas. Este atuendo y la orfebrería, reflejos de la moda ibérica, tienen sus paralelos en el Mediterráneo, donde las joyas tenían valores estéticos y simbólicos.

La atención a los detalles y el cuidado en la configuración y la proporción dieron como resultado una elegante estatua de hermoso rostro y visualmente agradable en la que su simetría vertical refuerza la sensación de equilibrio. Por todo ello, a lo largo del tiempo, la Dama se ha considerado un icono de belleza y modelo de inspiración que ha llegado hasta nuestros días. Un signo tan característico y elegante como sus rodetes ha permanecido en el peinado tradicional de las falleras valencianas.

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