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El denario. La llegada de Roma

Sala 16, vitrina 1 Denario romano republicano. Hacia 206-195 a.C. Plata. Pulse para ampliar Denario romano republicano. Hacia 206-195 a.C. Plata.

Roma llegó a Iberia en 218 a.C., enfrentada con Cartago, y ya nunca se fue. Tras la derrota cartaginesa no dejó de avanzar en la conquista de la Península, un proceso que culminó, doscientos años después, en la transformación de Iberia en provincia del Imperio.

Las exigencias de la Segunda Guerra Púnica (218-202 a.C.) obligaron a la República romana a desarrollar un sistema monetario completo, en oro, plata y bronce: las monedas más importantes de su historia, el denario y el áureo, se crearon entonces.

El denario de plata, cuyo nombre procede de su valor, 10 ases de bronce –marcado al principio con el numeral X detrás de la cabeza de Roma-, nace hacia 211 a.C. Su alcance es enorme, por ser origen, directo o remoto, de otras monedas antiguas y medievales, y de nuestra palabra “dinero”.

Traídos por los negociantes itálicos y por los ejércitos, denarios de plata y ases de bronce fueron el dinero de la romanización. Necesarios para los tributos, las redes comerciales, los campamentos y las grandes explotaciones económicas, como las compañías mineras, fueron un factor esencial para la monetización de Iberia. Muchas ciudades hispanas acuñaron siguiendo el formato romano, o buscando la compatibilidad con un sistema que había llegado para quedarse.

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