Este estandarte de bronce, de finales del siglo II o principios del siglo III, perteneció a un colegio de jóvenes de la ciudad hispanorromana de Pollentia (Mallorca). El emperador Augusto creó este tipo de instituciones con el fin de preparar para la vida cívica a los jóvenes de las altas sociedades de las provincias del Imperio. Aquí eran educados en los valores, creencias y costumbres romanas para facilitarles así su integración en la nueva sociedad. Como parte de su educación, participaban en combates lúdicos y en las procesiones que les precedían portando estandartes como éste con las insignias del colegio: el genio de la juventud y las diosas protectoras Isis, Fortuna y Diana cazadora. Los círculos laterales, hoy vacíos, posiblemente portaron el retrato del emperador y del princeps iuventutis, su sucesor. Sus efigies permitirían a los jóvenes colegiales cumplir con el culto al emperador, que formaba parte de su educación cívico-religiosa, según estableció Augusto.