En la tabla central de este tríptico del siglo XV, el pintor Jaume Cabrera representó a la Virgen María rodeada por cuatro ángeles músicos, que tocan por parejas, un laúd y un órgano portátil o portativo, y una flauta de pico y un arpa gótica.
En el siglo XIV, nació esta nueva escena iconográfica, de la Virgen rodeada de ángeles músicos, siendo la mayor parte de ellos tañedores en alabanza a Dios. Gracias a ello, conservamos multitud de representaciones de instrumentos musicales, aunque la Biblia no es especialmente generosa en escenas de este tipo. Podemos apreciar detalles sobre su forma y la manera de tocarlos: las cuerdas del laúd se pulsan con un plectro y el órgano es alimentado con un fuelle oculto accionado por el propio tañedor mientras toca un curioso teclado de llaves con la mano derecha.
Este conjunto instrumental, propio de la época gótica, es una muestra de la llamada “música baja”, es decir, instrumentos de volumen moderado propios para tocarlos en interiores, frente a los de “música alta”, más heráldicos o conmemorativos. Los ángeles músicos están interpretando, posiblemente, alguna obra polifónica. El nacimiento de la polifonía no puede desligarse de otro descubrimiento fundamental ya mencionado, el de la notación musical, imprescindible para ejecutar este tipo de repertorio.