Esta mujer Neandertal habitó en la cueva asturiana de El Sidrón. Su especie, tan de moda en la actualidad, está siendo objeto de numerosas discusiones científicas. La principal información sobre los neandertales la ofrecen sus huesos y dientes. Además de utilizar éstos últimos para masticar, les sirvieron de ayuda para sujetar objetos y manipularlos mejor. Sin embargo, como ya se ha comentado, de tan exiguos testimonios es arriesgado deducir datos sobre el comportamiento, costumbres o relaciones entre los sexos de esta especie. Tampoco a partir de los escasos objetos que han llegado hasta nuestros días realizados por ella o sus congéneres se obtiene mayor información al respecto.
En las sociedades prehistóricas, diferentes aspectos sobre la historia de la mujer se han reconstruido tradicionalmente trasladando a éstas los esquemas sociales de sexo/género de la sociedad que los estudiaba. Por ello, pareció que, desde el Paleolítico, las mujeres no habían tenido historia o se habían limitado siempre al desempeño de roles secundarios. A finales del siglo XX, los avances de la arqueología, de la mano de las investigadoras sobre la historia de las mujeres, pusieron de relieve roles femeninos y formas de organización distintas a las contemporáneas. Nuevas formas de formular preguntas a los objetos y otros elementos arqueológicos han descubierto un mundo desconocido donde las mujeres emergen con protagonismo desde la Prehistoria hasta épocas muy posteriores, como iremos viendo a lo largo de este itinerario.