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La mujer, fascinación y peligro

Lecito con sirena Pulse para ampliar Lécito con sirena. Sala 36, vitrina 36.25

Lécito con imagen de sirena

Este lécito de figuras rojas de mediados del siglo IV a.C. muestra la imagen de una sirena. Este personaje híbrido de ave y mujer de origen asirio-babilónico tuvo extensión universal.

Las sirenas son seres de los que conviene huir, a pesar de su gran atractivo. Este arquetipo ambivalente y de presupuestos patriarcales tuvo su origen en la consideración de la mujer como objeto, tanto de fascinación como de peligro. En la cultura griega, las sirenas habitaban en una isla sepulcral y atraían con sus cantos a navegantes, que encallaban en sus costas. Apolonio de Rodas, a principios del siglo III a.C., las describe por vez primera y las presenta con cabeza de mujer y cuerpo de ave, coherente con su destreza musical. Solo en la Edad Media transmutarán su cuerpo en el de un pez.

Bellas y eternas incitadoras de los varones, personifican la tentación, la lujuria, etc., y tendrán larga vida en el imaginario popular bajo distintas formas y nombres: náyades, lamias, xanas, doncellas de la noche de San Juan… Son también precedente de la femme fatale de la iconografía romántica, presente hasta nuestros días.

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