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El bronce. Un nuevo metal

El bronce. Un nuevo metal Pulse para ampliar Sala 8. Prehistoria. Paisajes y sociedades de la Prehistoria Reciente. El auge del individuo

Una de las innovaciones más importante de la Prehistoria es el nacimiento y desarrollo de la primera metalurgia y la obtención de un nuevo metal, el bronce, aleación de cobre y estaño, muy útil para elaborar instrumentos domésticos, armas y herramientas.

En esta estación, se muestra cómo se fabricaba un hacha de bronce. Durante el proceso, desempeñaba un papel importante el crisol de fundición, recipiente de cerámica resistente al calor que se colocaba al fuego para fundir el cobre y el estaño en su interior. Tiene un canal de desagüe para poder verter el metal fundido en los moldes utilizados para darle al objeto la forma deseada. Junto al crisol, cinco relieves táctiles describen las diferentes etapas del proceso de fabricación de un hacha. Primero, el metal triturado se fundía colocando el crisol sobre brasas avivadas mediante un fuelle. Después, el metal ya fundido se vertía dentro de moldes de piedra o arcilla con la forma en hueco del objeto que se deseaba conseguir. Una vez enfriado el metal, se extraía el hacha del molde y se pulía para eliminar los bordes irregulares y las rebabas. Por último, se sujetaba con cuerdas a un mango de madera.

Los moldes eran de dos tipos, univalvos y bivalvos. Utilizarlos en el proceso de fabricación supuso una gran ventaja, ya que permitían elaborar objetos metálicos en serie. Los primeros moldes fueron univalvos, cerrados con una tapa plana y unidos, molde y tapa, con una cuerda. Con ellos, se obtenían hachas con una cara en relieve y otra plana. Los moldes bivalvos estaban formados también por dos piezas, pero cada una de ellas tenía en hueco la forma del hacha. De este modo, se fabricaban hachas con las dos caras en relieve.

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