Miércoles, 29 de mayo. Salón de actos, 18:00. Asistencia libre y gratuita hasta completar aforo
Conférences
Guillem Pérez Jordà y Consuelo Mata Parreño (GRAM. Universitat de València)
Las dietas han ido cambiando a lo largo de la historia, aunque desde la llegada de los primeros agricultores a Iberia hace unos 7000 años hay una serie de elementos que se mantienen, como es el peso de distintos vegetales como los cereales, las leguminosas o las verduras y las carnes de cerdo, de oveja/cabra y de ternera. Los cambios posteriores no han sido radicales, aunque se han ido introduciendo productos nuevos. Pero va a ser durante el Ier milenio a.n.e. cuando algunos de los productos que actualmente valoramos como definitorios de esta dieta son introducidos en Iberia. Es el caso de la uva, de las aceitunas, de las almendras o de las granadas, así como de las aves de corral. La expansión de estas carnes y frutos y de algunos de sus derivados como el vino y el aceite es un proceso largo que se inicia en el Sur y en el Este de la península, con una penetración mucho más tardía hacia el interior y el Norte. En muchas de estas zonas no será hasta el inicio de la presencia romana cuando se adopten algunos de estos productos que se siguen valorando como característicos de lo que denominamos “Dieta Mediterránea”.
Entre 2005 y 2017 se desarrollaron tres proyectos de investigación que bajo el título genérico de “Flora y Fauna Ibéricas. De lo real a lo imaginario” tuvieron objetivo principal fue poner a disposición de cualquier persona interesada base de datos de acceso abierto en la que se recogen restos orgánicos vegetales y animales, iconografía y objetos elaborados con materias primas de origen animal y vegetal que se publican dentro del ámbito de la Cultura Ibérica (www.florayfaunaiberica.org).