Los vasos de la Grecia Arcaica abarcan una extensa cronología, tres siglos de la historia de Grecia plenos de acontecimientos, creaciones y cambios, políticos, económicos y sociales. Desde el Período Geométrico, en el siglo VIII a.C., hasta el Período Arcaico, en el siglo VI a.C., el desarrollo de los estilos pictóricos cerámicos y de los temas representados documenta la evolución histórica de las principales polis griegas.
Un ánfora ática con escena de próthesis –exposición del difunto- es un ejemplo magnífico del estilo pictórico del siglo VIII a.C. y que ha dado nombre al período: el Período Geométrico. Ligados al ritual funerario, los vasos de estilo geométrico fueron destinados a guardar las cenizas del difunto, a señalar como monumento su tumba, o a contener ofrendas de líquidos, alimentos o perfumes. Son símbolos de prestigio de la aristocracia dominante, de su ideología y de su poder.
A partir del siglo VII a.C. la colonización y el comercio pusieron en estrecho contacto a Grecia con las culturas del Próximo Oriente. Así penetrarán en el continente griego productos, técnicas y estilos, mitos e ideas religiosas de origen oriental, que serán adoptados y transformados de forma original y dinámica por la cultura griega, y que dominarán sus modos de expresión artística. De ahí el nombre que recibe este momento, Período Orientalizante, y el estilo pictórico. Corinto fue la principal ciudad comercial de Grecia durante el siglo VII a.C., cuando desarrolló una importante producción cerámica, caracterizada por un estilo decorativo propio e innovador.
Los siglos VII y VI a.C. fueron una época de gran crecimiento económico, demográfico y urbano, y de expansión comercial. Pero fue también una época de conflictos sociales y de crisis política, marcada por los regímenes tiránicos y oligárquicos, grandes impulsores, por otra parte, del arte, la industria y el artesanado de sus ciudades, especialmente de la producción cerámica. Los pintores de vasos de Atenas desarrollaron el estilo de figuras negras, con composiciones despojadas de cualquier residuo del viejo estilo orientalizante y que, en la segunda mitad del siglo, adquirieron un nuevo vigor y complejidad. Hacia 530 a.C. los pintores introdujeron la nueva técnica de figuras rojas. Los primeros ensayos se realizaron combinando aún ambas técnicas en los llamados “vasos bilingües”, donde la escena se representa en una cara en figuras negras y en la otra en figuras rojas.