Un punto clave en la conservación preventiva de los bienes culturales es el seguimiento y control de su posible grado de deterioro. Es una tarea difícil de afrontar cuando se trata de colecciones de objetos numerosos y muy homogéneos, con lotes de cientos o miles de piezas similares, aún cuando se trata de patologías que se manifiestan de forma visible, como es la corrosión en las monedas o el foxing en documentos y fotografías.
En 2017, el IPCE desarrolló un procedimiento para obtener mapas de daños de forma automatizada de las monedas del denominado Tesoro de la Guerra Civil, custodiado en dicha institución. El objetivo de IRYS es verificar la precisión y operatividad de aquel primer ensayo, extendiéndolo a diferentes materiales, y desarrollar un método validado para monitorizar colecciones extensas y uniformes de objetos planos afectados por una misma patología.
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