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Sofía Crespo. Perpetual Present

12 junio-14 septiembre. Vestíbulo del Museo. Entrada gratuita

Expositions temporaires

  • Inauguración y apertura al público: Jueves, 12 de junio
  • Organiza: Museo Arqueológico Nacional, Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira y PHotoESPAÑA
  • Colaboran: Entangled Others, Map-Aria lab, Onkaos

HORARIO DE VISITA

Martes a sábado: 9:30 – 20:00

Domingos y festivos: 9:30 – 15:00

Entrada gratuita

ACTIVIDADES

Encuentro con Sofía Crespo. Viernes, 13 de junio. Visita (público general) + Info y reserva (CANCELADA por motivos ajenos al Museo. Disculpen las molestias)

¡Manos a la cueva! Pequeños artistas de la Prehistoria. Domingos, 22 de junio y 14 de septiembre. Visita-taller (familias con niñ@s) + Info y reserva

A medida que aumenta la distancia que nos separa de los pobladores de las cuevas de Altamira, otorgamos mayor relevancia a las herramientas que utilizaron para grabar, pintar y desarrollar el conjunto artístico que puebla sus paredes. Este proyecto expositivo parte de dos cuestiones: ¿cómo podríamos reinterpretar estas pinturas —realizadas en un pasado remoto por varias generaciones de seres humanos— mediante las tecnologías disponibles en la actualidad? Por otro lado, habida cuenta de la relación entre el arte rupestre y su contexto ecosistémico, ¿cómo podemos representar nuestra propia relación con los ecosistemas actuales? Se trata de una cuestión apremiante, ya que varias de las especies representadas por nuestros antepasados ya se han extinguido.

La obra Perpetual Present recrea las creaciones de nuestros ancestros mediante un proceso que va desde la generación de imágenes mediante un modelo de aprendizaje automático entrenado a partir de millones de imágenes del mundo natural, hasta la impresión 3D y la pintura robótica sobre arcilla. La obra plantea que, aunque las pinturas de Altamira se crearon en el pasado, no podemos evitar verlas a través de los ojos del momento en que vivimos. Al superponer nuestro ojo digital, una nueva plasticidad emerge de la superficie aparentemente inerte de las cuevas. Su presentación ahora en el MAN, que alberga la reproducción de parte de la Sala de Polícromos de la cueva de Altamira en su Jardín Histórico, permite establecer nuevos diálogos.

De este modo, la evocación del pasado nos permite discurrir sobre nuestro presente y convertir la tecnología en legado, teniendo en cuenta que los sistemas y el hardware que crean la obra podrían no durar más de un puñado de años, pero que sus impresiones físicas podrían sobrevivir a cualquier espectador contemporáneo. Aunque tendemos a relacionar tecnología y futuro, las herramientas del presente son caducas, igual que lo fueron las de los habitantes de la cueva de Altamira.

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