Este magnífico plato de plata de uso ritual fue hallado casualmente junto con diversos objetos también realizados en el mismo material. Todos ellos conforman el denominado “Tesoro de Perotito” (Santisteban del Puerto, Jaén) y se utilizaron en banquetes, ceremonias religiosas y otros eventos relacionados con sacerdotes o jefes. Las joyas y adornos se encontraron fragmentados y machacados. Por esta razón, se supone que fueron enterrados intencionadamente como objetos de valor dinerario, a pesar del elevado significado funerario de la pátera, que se deduce de su decoración, lo que aporta información de gran importancia sobre las creencias de los iberos en relación con la muerte y la vida de ultratumba.
La pátera fue fabricada, entre el siglo III y principios del I a.C., a partir de una lámina martillada desde el reverso con el objetivo de realzar la decoración. En el medallón central, destaca una terrorífica cabeza de lobo que, con las fauces abiertas, devora una cabeza humana, la del difunto, que de este modo será transportado al Más Allá, según creían los iberos. En contraste, se desarrollan a su alrededor escenas de pequeños amorcillos cazando y de centauros y centauresas con instrumentos musicales y ofrendas para el banquete. Aluden a la vida bienaventurada que proporcionarán al difunto en el allende la caza, el banquete, la música, el vino y la suave embriaguez. Esta concepción del paraíso, así como la iconografía que la representa, es de origen griego, lo que pone de manifiesto la asimilación de creencias foráneas y su integración en el mundo de creencias propias por parte de los iberos de alta posición social.