Colecciones reales. Cultura egipcia (Sala 33, Vitrina 8)
La estatua de Nectanebo constituye un gran ejemplo de las primeras restauraciones realizadas por artistas escultores desde finales del Renacimiento.
Se trata de una reconstrucción total a partir de un original egipcio de granito muy fragmentado, al que se añadió parte de la cabeza de otra estatua y se le reintegraron todas las faltas. Estas se tallaron en diferentes tipos de piedra, que se identifican fácilmente por su distinta coloración, constituyendo un auténtico puzzle.
Ya formaba parte de la colección de Cristina de Suecia en el siglo XVII y posteriormente fue adquirida en Roma por los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio.
En un dibujo ideal realizado en el siglo XVIII aparece igual que la vemos en la actualidad, por lo que podemos deducir que la restauración debió de llevarse a cabo poco antes, quizá por orden del propio Felipe V, aunque es muy probable que desde su hallazgo sufriera distintas intervenciones hasta su completa reconstrucción.