El dinero puede adoptar una gran variedad de formas, ya que ciertos objetos apreciados por su valor material, ritual o sagrado pueden convertirse en dinero. Éste ha sido el caso del tevau o "dinero pluma", una de las formas más originales de dinero. Se trata de una estrecha tira de fibra vegetal de 10 metros de largo enroscada sobre dos anillos de corteza de árbol y tejida con las plumas rojas del pequeño pájaro Mielero cardenal.
Su valor se deriva tanto del largo y laborioso proceso de fabricación como de las connotaciones mágicas de éste. De ahí que se usara tan sólo para pagos rituales, como el pago por la novia, o para comprar bienes de alto valor económico, como las canoas o el ganado. Utilizado en Oceanía hasta la década de 1970, a pesar de la llegada de monedas y billetes desde la II Guerra Mundial, este tipo de dinero fue declarado patrimonio cultural de las islas en 1975, prohibiéndose desde entonces su exportación.