En este vaso griego de figuras rojas fechado entre el año 400 y el 350 a.C. está representado un personaje vestido al modo oriental, con gorro frigio, corta túnica bordada de largas mangas y botas. Está tocando un tímpano o pandero. A su derecha, un sátiro, sentado sobre una roca, tañe un instrumento de viento, llamado aulós, compuesto por dos tubos, por lo que también era conocido como diaulós. Estos instrumentos formaban parte del exaltado cortejo que acompañaba al dios Dioniso.
El aulós era el instrumento de viento por antonomasia en Grecia, junto a la siringa o flauta de Pan. Estaba fabricado en madera o caña y contaba con cuatro agujeros y una lengüeta doble en cada uno de los dos tubos. Su característica más destacada era la capacidad de producir polifonía. Este aerófono se asociaba con el culto a Dioniso, divinidad que rivalizó con Apolo, el cual, a su vez, estaba vinculado con los instrumentos de cuerda. En la Grecia Antigua existió una contienda entre la música de los instrumentos de cuerda y de viento, que fue más allá de lo musical. El sonido de los cordófonos aplacaba los ánimos de los oyentes y el sonido del aulós, los excitaba.