Esta estatua yacente representa a la longeva y poderosa doña Constanza de Castilla, priora del desaparecido monasterio madrileño de Santo Domingo el Real. Está adosada al sepulcro de alabastro que se hizo construir y que se instaló, a su muerte, acaecida en 1478, en el coro de dicho monasterio. Doña Constanza fue prima de Catalina de Lancaster y nieta del rey don Pedro I y porta un rosario y un libro. Además, por singular deseo suyo, se representó con un libro entre las manos.
El libro podría representar un volumen manuscrito, que se conserva en la Biblioteca Nacional con el nombre de Devocionario, que ella misma escribió hacia 1465. Esta influyente religiosa, orgullosa de su linaje y de prosa eficaz y tremendista, se suma a la creciente nómina de escritoras tardomedievales. Muchas de ellas fueron religiosas que vieron favorecidas sus aptitudes en un entorno monástico donde tuvieron acceso a la cultura, encontraron complicidad femenina para discutir sus obras y eludieron controles masculinos más presentes fuera del claustro. Estas mujeres de finales de la Edad Media, cuestionaron con sus escritos y sus actos el modelo de educación y comportamiento impuesto a las mujeres.