Esta pequeña escultura de plata, de carácter votivo, representa a Kherdeankh, madre del médico, arquitecto y sacerdote Imhotep, artífice de la pirámide escalonada del faraón Dyeser construida durante la III dinastía (2.700 – 2.630 a.C.) en Saqqara. Con la deificación de su hijo, fue considerada descendiente de un dios. Aunque Kherdeankh vivió a principios del III milenio a.C., esta figurilla fue realizada durante el periodo ptolemaico, más de dos mil años después de su muerte. Su culto fue muy popular, al ser mediadora entre humanos y dioses, y persistió hasta época romana.
Kherdeankh lleva una serpiente uraeus en la frente, atributo del faraón y de los dioses, lo que indica el grado de respeto que llegó a alcanzar. De hecho, no solo fue considerada descendiente de un dios, sino que, a veces, llegó a ser identificada con la propia diosa Hathor. En el antiguo Egipto, aunque las mujeres tenían una condición legal similar a la del hombre, estaban supeditadas a este y no todas tuvieron la alta posición y reconocimiento de Kherdeankh. Sólo algunas, como las reinas Hatshepsut, Nefertiti o Cleopatra tuvieron la suficiente relevancia y consideración como para legar su nombre a la posteridad.