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Devoción femenina

Devoción femenina Sala 27. Los reinos cristianos. Una nueva apertura a europa

Al final de la Edad Media, fueron muy frecuentes los pequeños retablos que presentan escenas de la vida de la Virgen, destinados a fomentar la devoción personal, sobre todo femenina. Algunos tiene una forma peculiar, como éste, compuesto de compartimentos dispuestos horizontalmente, en los que se alojarían nueve relieves de alabastro con escenas de la Vida de la Virgen, de los que se han perdido dos. En tres de estos relieves se presenta a la Virgen como modelo de comportamiento para las mujeres. Indirectamente, los relieves también documentan la nueva situación social de la mujer durante este período de la historia.

Es el caso del relieve que representa el nacimiento de la Virgen, en el que aparece Santa Ana acompañada de tres parteras que la atienden solícitamente. En esta escena, Santa Ana recibe la asistencia exclusiva de mujeres, reflejando de este modo la existencia de espacios propiamente femeninos.

En el segundo relieve, Santa Ana enseña a leer a la Virgen, acompañada por su esposo, San Joaquín. Santa Ana sostiene en su mano izquierda un libro que presenta a la Virgen-Niña, A juzgar por quien lleva el libro, es Santa Ana la que instruye a la Virgen. La escena refleja la importancia que se dio a la lectura como parte de la educación de la mujer culta a finales de la Edad Media.

En el tercer relieve, se representa la Natividad. El Niño Jesús es adorado por la Virgen-Madre, figura que destaca sobre las demás, incluido San José, ya que es de mayor tamaño. Es, además, el eje de la composición, como reflejo de la nueva relevancia social de la mujer en el tránsito hacia la Edad Moderna.

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