Inicio

Un mercado global

Un mercado global Pulse para ampliar Sala 30. La Edad Moderna. En la Edad Contemporánea

Durante el reinado de los Borbones, en el siglo XVIII, se redujo la extensión de los territorios europeos bajo su dominio, pérdida compensada por el desarrollo y auge de rutas comerciales entre sus territorios ultramarinos.

Uno de los puntales de este mercado global fue el Real de a ocho, una moneda de plata cuyo peso y ley equivalían a su valor y en cuyo anverso figuraba la efigie del monarca reinante. El Real de a ocho se convirtió en una divisa internacional muy apreciada para realizar intercambios comerciales entre Europa, América y Asia. Fue especialmente estimada por los comerciantes y banqueros chinos, que llegaron a resellarla para garantizar el peso y la ley de esta moneda española. El resello podía constar de un solo signo, de dos o más caracteres con el nombre de una persona o de una ciudad, o bien de una palabra, como “bueno” o “perfecto”, que indicaba la buena ley de la moneda.

En el mapa, se pueden apreciar las rutas que unieron Asia, América y Europa. La Nao de la China o Galeón de Manila unía Asia y América aprovechando las corrientes oceánicas septentrionales y, desde aquí, volvía a Asia por una ruta situada al sur. La flota de Indias unía América con Europa. Desde Manila, los exóticos productos asiáticos llegaban a la ciudad de Acapulco, en la costa del Pacífico, en Méjico. Desde allí, continuaban por tierra hasta la ciudad de Veracruz, en la costa atlántica. De nuevo por mar, se continuaba viaje hasta Sevilla, haciendo escala en la Habana (Cuba). La mayor parte de las mercaderías fueron objetos de lujo y, entre ellas, destacó la traslúcida, ligera y sonora porcelana, una de las mercancías chinas más apreciadas en Europa y que se pagaba con los Reales de a ocho acuñados en América.

Subir