Las crónicas históricas y literatura árabes hablan del aprecio que las cortes andalusíes tenían por las mujeres vasconas, su belleza, educación y erudición en la música y literatura. Durante el medievo, muchas llegaron a territorio andalusí a través de matrimonios concertados para sellar alianzas entre reinos, y otras tantas fueron adquiridas como esclavas o yawari.
Excepcionalmente, en aquellos casos en los que estas mujeres asumieron cierto protagonismo en el ámbito político y cultural, se hacen visibles sus historias en las fuentes escritas. Subh (940-999), la favorita vascona de al-Hakam II y madre de los príncipes herederos, es uno de estos casos.
Rescatada del anonimato, su persona comienza a visibilizarse a partir del 962, cuando nace su primer hijo varón, Abd al-Rahman. Así, como señora madre del príncipe heredero o umm walad, aparece nombrada en la inscripción que recorre este bote de marfil tallado por Durri al-Saghir en el 964, encargado por al-Hakam II. Esta dádiva reconocía los lazos que la ligaban al poder y su nuevo estátus, reforzado con el nacimiento de su segundo hijo, Hisham, quien acabaría siendo nombrado heredero tras la prematura muerte del primogénito.
Sobre los orígenes de Subh apenas tenemos datos concretos. Gracias a los apelativos y descripciones reflejados en las fuentes históricas sabemos que procedería del norte peninsular, que habría sido formada en la poesía y música árabe para convertirse en esclava cantora. Su trayectoria la encumbraría en la corte omeya, de modo que, tras el fallecimiento de al-Hakam II y ante la minoría de edad de Hisham II, llegaría a ser nombrada bajo el título honorífico de sayyida. Así, convertida en agente activo en la toma de decisiones políticas, multiplicó su presencia en las crónicas históricas y llegó a ser uno de aquellos casos excepcionales de preservación de la memoria de una esclava cortesana de origen vascón.
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