(Vitoria, 24 de marzo de 1899 – Vitoria, 16 de septiembre de 1968)Salto de línea
Tras doctorarse en Filosofía y Letras en Madrid, después de haber cursado en las Universidades de Salamanca y Valladolid, comenzó su vida laboral docente como ayudante de la cátedra de Teoría de la Literatura y de las Artes, en la Universidad de Barcelona, ejerciendo, posteriormente y durante cinco años, de profesor en el Instituto Local de Oñate (Guipúzcoa). Habiendo conseguido una interinidad como Archivero-Bibliotecario del Ayuntamiento de Vitoria, se trasladó, a finales de 1942, al Archivo Histórico Nacional, de donde pasó, en menos de tres meses, al Museo Arqueológico Nacional como funcionario interino del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos de 11 de febrero de 1943 a 15 de agosto de 1944.Salto de línea Su estancia en este Museo, en los años en que era director Blas Taracena, y coincidiendo con el montaje del denominado Museo Breve, le condicionó completamente, y, a partir de ese momento, su vinculación a los museos sería definitiva. A la par que iba adquiriendo conocimientos sobre las labores internas, fue preparando las oposiciones al Cuerpo, las cuales aprobó en 1944, realizando las prácticas, además de en el Museo de Reproducciones Artísticas y en el Arqueológico de Burgos, en diferentes secciones del Arqueológico Nacional, realizando tantotramitación administrativa de la Secretaría como restauración de cerámica, hierros, montaje de salas (patio romano)…, completando su formación, para finalmente tomar posesión como Director de los museos Numantino y Celtibérico de Soria, en donde permaneció hasta su fallecimiento en 1968.Salto de línea Su labor como Director se centró, principalmente, en la didáctica al público, la documentación y la reorganización de las colecciones. Además de sus numerosos artículos sobre los fondos de ambos museos, y sobre temas históricos, artísticos, etnológicos, museísticos y de patrimonio, manifestó un claro compromiso docente, reflejado en una amplia labor divulgadora, ejerciendo, incluso, como comentarista radiofónico taurino, con el seudónimo de “Licenciado rompelanzas”.
Elías Terés