En la década de 1970 se emprendió un amplio programa de renovación arquitectónica al que siguió una modélica instalación que se mantuvo, casi invariable, más de treinta años. La reforma introdujo grandes cambios como la eliminación de las cubiertas de los patios, que se ajardinaron y estrecharon, pero sobre todo permitió ampliar la superficie expositiva y mejoró la circulación de los visitantes. La renovación supuso un importante cambio en la presentación, buscando mejorar los problemas de seguridad, conservación e iluminación de las colecciones.