El Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales constituyó uno de los proyectos arquitectónicos y culturales más ambiciosos de su tiempo. Tres arquitectos, Francisco Jareño, Álvaro Rosell y Antonio Ruiz de Salces, fueron los responsables de dar forma al palacio. Un reto mayúsculo para albergar a tres grandes instituciones: Biblioteca Nacional, Museo Arqueológico Nacional y Museo de Arte Moderno.
La inestabilidad política y económica imperante en la segunda mitad del siglo XIX condicionó enormemente la materialización de este proyecto, paralizado durante largos periodos de tiempo y modificado al antojo de las circunstancias.